El amor de ‘Ali (P) por el Profeta (PBd)

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El amor de ‘Ali (P) por el Profeta (PBd) fue ilimitado El Santo Profeta (PBd) y ‘Ali (P) se quisieron profundamente. ‘Ali (P) comenzó siendo el encargado del la seguridad del Santo Profeta (PBd) cuando todavía era un niño de doce o trece años de edad.

Los jóvenes de Quraish, instigados por sus padres, acostumbraban a apedrear al Profeta (PBd). ‘Ali (P) se levantó como su defensor.

Comúnmente luchaba contra quienes eran mayores que él y frecuentemente era herido, pero nunca abandonó su deber auto impuesto y nadie osaba arrojar algo sobre el Profeta (PBd) cuando ‘Ali (P) estaba con él. Y no permitía al Santo Profeta (PBd) dejar la casa sin su compañía.

Su valentía

El Mensajero de Dios continuaba difundiendo el Islam. Los líderes del Quraish lo consideraron un peligro, por lo que decidieron reunirse en Daru an-Nadwah (casa que poseía el gobierno de La Meca para discutir los asuntos políticos de la comunidad), para planear la forma más conveniente de deshacerse del Profeta. Los allí reunidos convinieron en escoger a un representante de cada tribu para que por la noche entrasen en su casa y todos, al mismo tiempo, lo matasen.

Dios comunicó a Su Enviado los planes del enemigo, y le ordenó que esa noche no durmiese en su lecho y aprovechase la oscuridad para emigrar. El Profeta informó a ‘Ali (P) de lo que le había sido revelado por su Creador y le pidió que esa noche reposase en su lugar, de tal forma que nadie pudiese entender que era él quien había tomado el lugar del Enviado. ‘Ali (P) aceptó los riesgos de este acto y poniendo su vida en juego, salvó la vida del Profeta. Este acontecimiento fue tan importante que Dios, Glorifi cado sea, reveló la siguiente aleya a Su Enviado: «Hay entre los hombres quien se entrega por deseo de agradar a Dios. Dios es misericordioso con Sus siervos» (2:207).

Ya bien entrada la noche, los enemigos del Islam habían rodeado la casa del Profeta. El Enviado de Dios salió de la casa mientras pronunciaba una aleya de la sura Ya Sin y se encaminó hacia la Cueva de Zour que se encuentra en las afueras de la Ciudad de La Meca. El enemigo abrió la puerta y lentamente con las espadas desenvainadas atacaron el lecho del Mensajero de Dios… entonces ‘Ali (P) se levantó apartando a un lado las cobijas… Los enemigos preguntaron sorprendidos: – ¿Dónde está Muhammad?”. – ¿Acaso me lo habíais confiado a mí para que ahora lo demandéis?. Respondió el primo del Profeta. A golpes se lo llevaron, poniéndolo en libertad poco tiempo después.

Nahyul Balagha Discursos, cartas y dichos de Imam ‘Ali ibn Abu Talib (P)

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