El Corán según los ulama de la escuela de Ahlul Bayt (P)

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«Ciertamente que nosotros hemos hecho descender el Mensaje… y asimismo nosotros somos sus custodios». (Corán; 15:9)

El Corán es el Libro de Allah. Es la revelación que hizo descender sobre su distinguido Profeta, Muhammad Ibn Abdul-la (ByP), y a la cual volvió inmune de la deformación y la tergiversación.

Esta revelación divina y sagrada es inalterable e irrefutable. Hoy en día es tal cual le fue descendida al fiel Mensajero, sin agregados ni faltantes. Es la fuente de la Shari’ah o ley islámica, el verificador de la Tradición profética, referencia del entendimiento y el pensamiento, origen de la cultura y la ciencia del Islam, fuente del bien y la felicidad de la humanidad…

Los musulmanes han transmitido de generación en generación esta revelación divina, haciéndolo con la minuciosidad que implica el ser depositarios de semejante legado, tal como Gabriel (P) lo hizo al fiel Profeta (ByP). Este es un asunto en el que los musulmanes son unánimes al respecto, de la misma forma en que lo son al desmentir las débiles y alteradas narraciones que contradicen esta unanimidad.

Dice el gran exégeta, Al-lamah Ash-Shaij Abul Fadl Ibn Al-Hasan At-Tabarsi (que Allah eleve su rango y dignidad), el autor de Mayma’ul Baian fi Tafsiril Qur’an, el cual se considera como fuente y referencial para los sabios y exégetas en general.

«… y en relación a esto está el tema de agregados y faltantes en el Corán, ya que eso no se considera como exégesis. En cuanto a agregados en él, existe unanimidad sobre la falsedad de tal cosa, y en cuanto a supuestos faltantes, algunos de nuestros adeptos y otros de entre los Hashwiah han narrado que hay cambios o faltantes en el Corán, pero lo correcto es que nuestra escuela rechaza eso. Esta es la postura que defiende Al-Murtada (que Allah santifique su espíritu), quien satisfactoriamente ha abordado en forma completa y detallada los temas en Yauabul Masailit Tarabulsiiat. El menciona en varios puntos que: la ciencia de la exactitud de la transmisión del Corán, es análoga a la ciencia del conocimiento de los países, los grandes acontecimientos, los libros notables o los célebres poemas de los árabes, ya que su cuidado se realizó en forma intensa y sus seguidores se han esmerado en su celo al transmitirlo y protegerlo, tanto que llega a un límite que escapa a la mención. Esto es así porque el Corán es el milagro de la profecía y fuente de la jurisprudencia y las normas religiosas, y porque los sabios religiosos musulmanes (ulama) han llegado al límite de su atención y cuidado, hasta llegar a abarcar todo aquello en lo que pudiera haber discrepancia, como ser: el i’rab (la declinación gramatical), la forma de lectura, sus letras, delimitación o numeración de las aleyas, etc…. Entonces ¿cómo sería posible que hubiera sido alterado o tenga faltantes, con toda esa especial atención y extremo registro?

También afirma que la ciencia del Tafsir del Corán y sus partes relacionadas con la exactitud de su transmisión, son como la ciencia en general, y le rigen las mismas reglas de los libros célebres, como los libros de Sibawaih y de Al-Mazani, donde aquellos que prestan atención a este asunto saben detalles de ellos, hasta la forma de sus frases. Incluso si se agregara algo como ser un capítulo sobre gramática en el libro de Sibawaih, sería fácilmente diferenciado y se sabría que es un agregado al original. Lo mismo vale para el libro de Al-Mazani. Es obvio que el cuidado puesto en la correcta transmisión y registro del Corán, fue mayor que la atención dispuesta para el libro de Sibawaih y las colecciones de versos de los poetas.

Al-Murtada también menciona que el Corán, en época del Mensajero de Allah (ByP), estaba compilado como un todo y de la misma forma en que está ahora. Como argumentación de ello afirma que el Corán era estudiado y memorizado por completo en ese tiempo. Incluso fue designado un grupo de entre los compañeros para memorizarlo. El mismo era expuesto y recitado al Profeta (ByP) y algunos de los compañeros como Abdul-lah Ibn Mas’ud, Ubai Ibn Ka’b, y otros, le leyeron todo el Corán de memoria varias veces. Todo eso indica, como la más acertada reflexión, que el mismo ya se encontraba recopilado ordenadamente, y no fragmentado ni disperso. Al-Murtada menciona que aquellos de entre los imamitas y los hashuitas que no aceptan esto, no pueden ser considerados por su oposición, ya la discrepancia en relación a este tema está adjudicada a gente de entre los especialistas en Hadiz que narraron hadices de los considerados «débiles», presumiéndolos correctos sin referirlos a los conocidos categóricamente como «correctos».

Añade At-Tabarsi: «Lo más generalizado entre los sabios e investigadores de la Shi’ah, o más bien lo reconocido entre ellos, es la ausencia de tergiversación en el Corán».

El llamado «Shaij Al-Muhaddizin», Muhammad Ibn Ali Ibn Al-Husain Ibn Babuaih Al-Qumi, apodado As-Saduq, fallecido en el 381 de la hégira, quien es autor del libro Man la Iahduruhul Faquih (que es una de los cuatro fuentes fundamentales de la jurisprudencia shi’ah), y de cientos de otros preciados libros, dice en un ensayo suyo conocido como I’tiqadatus Saduq (Las creencias de As-Saduq): «Nuestra creencia en relación al Corán que Allah, Elevado Sea, le reveló a Su Profeta Muhammad (ByP), es que es aquel que actualmente está contenido entre sus dos tapas y circula en manos de la gente, sin más agregados a él…, y quien nos atribuye a nosotros que decimos que el Corán contiene más que eso, está mintiendo». Luego comienza a exponer argumentos al respecto.

Abu Ya’far Muhammad Ibn Al-Hasan At-Tusi, llamado «Shaijut Tai’ifah», fallecido en el año 460 de la hégira, quien es autor de Kitabul Jilaf ual Mabsut, At-Tahdhib, Al-Istibsar (estos dos últimos también forman parte de los cuatro mencionados), y otros más, dice en su Tafsir At-Tibian: «… En cuanto a lo que se dice que tiene agregados y faltantes, esto también es impropio, ya que hay consenso entre las escuelas islámicas acerca de la falsedad de supuestos agregados, así como también es manifiesta la opinión entre ellas como contraria a que haya habido omisiones. Esto es lo que nuestra escuela considera correcto, y es la postura que defiende Al-Murtada. Es lo que manifiestan las distintas narraciones…, y nuestras narraciones están respaldadas con la avidez que existe siempre para su lectura, para aferrarse a él y para buscar las referencias ante las divergencias que surgen del Ajbar (información de transmisión oral concerniente a la tradición del Santo Profeta o los Imames). Hay una narración del Profeta (ByP), a la que nadie rechaza, que dice:

«Por cierto que os dejo como legado los dos tesoros. Mientras os aferréis a ellos, no os desviaréis: el Libro de Allah, y mi descendencia. Ambos no se separarán, hasta que vuelvan a mí en el Haud».

Esto indica que el Corán estará en todas las épocas, ya que no nos ordenaría aferrarnos a aquello que no tengamos para hacerlo. Análogamente, Ahlul Bayt (P) o a quien sea obligación seguir, debe estar presente en cualquier tiempo. Entonces, siendo que existe consenso entre los entendidos de que el Corán que tenemos es el único y correcto, debemos preocuparnos y esforzarnos para su interpretación y la aclaración de sus significados.

El Al-lamah Ash-Shaij Muhammad Yawad Al-Balagui ha registrado en su Tafsir Ala’ur Rahman fi Tafsiril Qur’an esta realidad, como lo es la eternidad del Corán y su integridad respecto del extravío y la adulteración. Dice: «El Corán ha permanecido entre los musulmanes bajo esta gran atención generación tras generación. En cualquier época se le encuentran millares de copias y de sus memorizadores. Continuamente los ejemplares anteriores, transcriben a los precedentes, y los musulmanes los leen y escuchan entre ellos. Los millares de copias controlan a los memorizadores, así como los millares de memorizadores controlan las ediciones, y ambos en conjuntos garantizan la memorización de los iniciados. Nosotros decimos millares, pero son miles de millares.

No existe ninguna cuestión histórica que tenga tal continuidad y natural permanencia, como ha sucedido con el Sagrado Corán, tal como Allah, magnificadas sean Sus gracias, lo promete en el Corán, en la Sura Al-Huyr:

«Ciertamente que nosotros hemos hecho descender el Mensaje… y asimismo nosotros somos sus custodios». (Corán; 15:9)

«… Es a nosotros que nos incumbe su compilación y su proclamación». (Corán; 75:17)

… y si escuchas algo en relación a las raras y aisladas narraciones sobre tergiversación en el Corán o pérdida de parte de él, no le prestes atención a ellas, sino que debes dar valor al análisis científico que las considera confusas y débiles tanto a ellas como a sus narradores y cadenas de transmisión, así como contrarias a los musulmanes por su contenido débil y sin fundamento…».

También en su Tafsir bajo el título «La creencia de la escuela imamita de que el Corán no tiene faltantes» relata lo siguiente: «… es sabido que Shaij Al-Muhaddizin, quien por el cuidado que ponía en lo que narraba es conocido como «As-Saduq» (el veraz), dice en su libro Al-I’tiqad (la creencia): «… es nuestra creencia que el Corán que Allah le reveló a Su Profeta (ByP) es el que actualmente está contenido entre sus dos tapas, no más, y aquellos que nos atribuyen que decimos que (el Corán) es más de lo que hoy tiene, están mintiendo…».

Al final del capítulo «Al-Jitab», del libro Al-Maqalat de Shaij Al-Mufid (santificada sea su morada), dice que un grupo de imamitas afirma que el Corán no tiene ni una Sura, ni una aleya, ni una palabra de menos, sino que lo que fue eliminado es aquello que estaba registrado en la copia de Amir Al-Mu’minin Ali (P), referente a la exégesis y explicación de los significados de las aleyas y de las reales razones por la que iban revelándose.

En Kashful Guita’ fi Kitabil Qur’an, en el octavo tema dice lo siguiente acerca de los supuestos faltantes: «No hay duda de que está a salvo y protegido de omisiones, con el resguardo del Soberano. Es así como claramente lo indica el Corán, y el consenso de los sabios religiosos islámicos».

Dice Shaij Al-Bahai: «… También discrepan respecto a si tuvieron lugar en él agregados o faltantes, pero la realidad es que el magnífico Corán está a resguardo de ello, tanto de una cosa como de la otra. Eso nos lo indican las siguientes palabras del Altísimo: «… y nosotros somos sus custodios».

Dice Al-Muqaddas Al-Bagdadi en su explicación de Al-Wafiah: «La discusión acerca de posibles faltantes, es conocida por la gente de nuestra escuela, y en forma consensual no admiten la posibilidad de tal cosa». También dice citando al Shaij Ali Ibn Abdul Ali, que él redactó un ensayo acerca del tema de los faltantes, en forma de un libro independiente, donde menciona las palabras anteriores de As-Saduq y luego refuta las narraciones que sugieren tal cosa, agregando que: cuando el Hadiz contradice aquello que indica el Corán, la tradición confirmada y confiable, y el consenso, sin que se preste a alguna interpretación más sutil o algún otro significado, es obligatorio rechazarlo».

Dice el fallecido sabio y muyahid (combatiente) contemporáneo, el Shaij Muhammad Al-Husain Al Kashiful Guita’ en Aslush-Shi’ah wa usuliha: «El libro que actualmente se encuentra entre los musulmanes, es el mismo que Allah le reveló al Mensajero de Allah (ByP) como milagro y desafío. No tiene faltante, ni tergiversación ni agregado, y sobre esto existe consenso».

Dice Ash-Sharif Al-Muslih As-Saiid Abdul Husain Sharafuddin en Al-Fusulul Muhimmah fi Ta’lifil Ummah: «El Santo Corán es inalterable e irrefutable, y es el que actualmente está contenido entre sus dos tapas y está en manos de la gente, sin tener ni una letra de más ni de menos, ni cambio de una palabra por otra, ni letra por otra. Cada una de sus letras fue transmitida de generación en generación en cadenas de transmisión categóricamente registradas, hasta la época de la revelación y la profecía. Está compilado en su actual forma, desde esa época sagrada cuando Gabriel (P) lo confrontaba numerosas veces al Mensajero de Allah (ByP). Todo eso es conocido por los investigadores de la escuela imamita, y en cuanto a los hashuitas, no merecen consideración ya que no tienen métodos ni fundamentos racionales…».

Dice el sabio Saiid Muhsin Al-Amin Al-Husaini Al-Amili en A’ianush-Shi’ah: «Nadie de entre los imamitas, ni antiguos ni contemporáneos, dice que el Corán tiene agregados, ni siquiera un poco, qué decir en su totalidad, sino que tienen unanimidad en la ausencia de estos, y enumerando a sus sabios investigadores se encontrará consenso en que tampoco tiene faltantes…».

Este es el Corán y la opinión sobre él que tiene la escuela de Ahlul Bayt (P), que es la de que está hoy en día tal como lo presentó el Mensajero de Allah (ByP), y que permanecerá de esa forma tanto como lo haga el ser humano sobre la faz de la tierra, iluminando a la humanidad en el sendero de la vida, tomando a esta de la mano, llevándola y guiándola hacia la rectitud…

Los sabios e investigadores opinan que los dichos y narraciones que algunos transmiten en el marco de la Shi’ah y la Sunnah, y que se refieren a omisiones en el Corán, son conceptos infiltrados y adulterados por gente malintencionada y mentirosa, que es rechazada por la gente de ciencia y conocimiento.

Asimismo hay narraciones de las que solo en apariencia, y al leerlas sin prestar atención, se entiende que están indicando que hay faltantes en el Corán, o la existencia de otras versiones. Es así como muchos se han confundido aprovechándose así de ellos los enemigos y malintencionados para con el Islam. Por ejemplo nos llegan algunos Ajbar (de los que nos abstendremos de analizar su confiabilidad), que narran del Imam Ya’far Ibn Muhammad As-Sadiq (P) que él dijo: «… Pero, ¡Por Allah! -mientras se llevaba las manos al pecho- ¡Que nosotros tenemos las armas, espada y escudo del Mensajero de Allah (ByP)! ¡Por Allah! ¡Que tenemos el Mas-haf de FatImam (P), el cual no contiene ninguna de las aleyas del Libro de Allah, que fue dictado por el Mensajero de Allah, y manuscrito por Ali (P)…».

Algunos han supuesto que el Imam As-Sadiq (P) -lejos está de eso- está informando de la existencia de un Mas-haf o Corán que no es el que tenemos, razón por la que de boca de algunos salieron falsedades para adulterar y confundir.

Al estudiar el contenido de la narración el asunto se aclara para la persona más simple que tenga conocimiento del árabe.

El Imam (P) dice: «… tenemos el Mas-haf de Fatima (P)…».

Simplemente al referirnos a la palabra Mas-haf en el idioma árabe, entenderemos lo dicho por el Imam As-Sadiq (P).

Dice Ar-Raguib Al-Isfahani: «Sahifah es la parte plana de cualquier cosa, como la sahifah o parte plana de la cara y la sahifah u hoja en que se escribe cuyo plural es sahaif y suhuf. Dice el Altísimo: «los Suhuf (páginas) de Abraham y de Moisés», y también: «… que recita Suhuf (escritos) inmaculados que comprenden libros controvertibles».

Se dice que se quiere significar el Corán, y fue dispuesto como «Suhuf… que comprende libros», para incluir los demás (libros sagrados) al libro de Allah. El Mas-haf es la compilación de Suhuf escritos, y su plural es Masahif.

Entonces, la palabra Mas-haf, en su uso actual, significa libro, y no es un nombre exclusivo para el Libro de Allah, sino que es un nombre para cualquier libro constituido por Suhuf (páginas de papel o cuero). El Corán es llamado Mas-haf porque es una compilación de Suhuf.

Los diferentes nombres usados en el Libro de Allah para el mismo son: Qur’an (Corán), Dhikr (recuerdo), Furqan (diferenciador), Kitab (libro), pero en ningún momento la revelación lo llamó Mas-haf, sino que fueron los musulmanes los que lo hicieron cuando después de reunirlo en un conjunto de suhuf.

Es así que el origen de la confusión estaba en términos y usos lingüísticos de aquella época en la que no le regía el significado que la gente le da en la nuestra.

El mismo Imam (P) aclara el significado de Mas-haf, para alejar cualquier posible confusión, al decir: «… el cual no contiene ninguna de las aleyas del Libro de Allah…».

O sea que no es el Corán, ni siquiera parte de él, ni revelación divina, sino… «que fue dictado por el Mensajero de Allah, y manuscrito por Ali (P)…».

Algunos ulama narran que es una colección de súplicas e indicaciones que el Mensajero de Allah (ByP) le dio a Fatima Az-Zahra (P) para su educación y enseñanza.

Es así como se nos aclara el error, la confusión, y la adulteración a la que algunos musulmanes se refieren. A veces por causa de malentendidos, y otras por mala intención.

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