Hadiz del nacimiento de Fátima Zahra (P)

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El Arcangel Gabriel (a.s.) descendió sobre nuestro Profeta (a.s.s.) y le dijo: “¡Oh Muhammad!, Allah te transmite sus saludos y te ordena separarte de Jadiya (a.s.), durante cuarenta días”. Esta situación apenó al Profeta (a.s.s.) porque él amaba mucho a su esposa.

Así, el Profeta (a.s.s.) pasó los cuarenta días ayunando por el día y rezando por la noche. Cuando el Profeta (a.s.s.) finalizó su retiro, envió a ‘Ammar ibn Yâsir (rA) para transmitir a Jadiya (a.s.) el siguiente mensaje: “¡Oh Jadiya!, no creas que mi ausencia es debida a un enfado o a una disminución del amor que te tengo, es porque mi Señor me lo ha ordenado a fin de que se cumpla su mandato. ¡Estate tranquila Oh Jadiya!”. “Allah, el Altísimo, se enorgullece de ti, ante sus nobles ángeles, muchas veces por día”. “Cuando llegue la noche, cierra la puerta de nuestra casa y acuéstate, yo estaré en casa de Fátima bint Assad” (se refiere a la madre del Imam ‘Alî a.s.). Jadiya (a.s.) se entristecía a diario por la ausencia del Profeta (a.s.s.).

Cuando terminó la cuarentena, Gabriel (a.s.) descenció de nuevo y dijo: “¡Oh Muhammad!, Allah te transmite sus saludos y te ordena que te prepares para saludarle”. El Profeta (a.s.s.) preguntó: “¡Oh Gabriel”, ¿Qué quiere decir Saludar a Allah? Gabriel (a.s.) dijo: “No lo se”. Mientras que el Profeta (a.s.s.) estaba, aún, perplejo por la contestación del ángel, descenció sobre el Mikail (a.s.), con un plato cubierto con un pañuelo de satén y lo puso en las manos del Profeta (a.s.s). Entonces, llegó Gabriel (a.s.) y dijo: “¡Oh Muhammad! Tu Señor te ordena que rompas el ayuno con la comida que hay en este plato”.

‘Ali ibn Abî Tâleb (a.s.) dijo en una ocasión: “Cuando el Profeta (a.s.s.) se dispuso a comer, me ordenó abrir la puerta de la casa. Esa noche, el Profeta (a.s.s) me hizo sentarme ante la puerta de la casa, y me dijo: “¡Oh hijo de Abû Tâleb! Esta comida está prohibida, salvo para ti”. El Profeta (a.s.s.) se sentó ante la puerta de su casa, tomó el plato, y levantó el pañuelo que cubría la comida. Ésta se componía de una rama de dátiles y un racimo de uvas. El Profeta (a.s.s.) comió y bebió hasta saciarse. Después, extendió las manos para lavarse: Gabriel (a.s.) vertió agua, Mikael (a.s.) lavó las manos e Israfil (a.s.) se las secó. El resto de la comida y el agua que sobraron, se elevaron hacia el cielo.

Después, el Profeta (a.s.s.) se levantó para orar, Gabriel (a.s.) se le acercó y le dijo: “ La oración te está prohibia hasta que vayas a casa de Jadiya y pases la noche con ella. Allah ha jurado crear de ti, esta noche, una descendencia purificada”. El Profeta (a.s.s) se encaminó hacia la casa de Jadiya (a.s.), ella narró lo siguiente: “ Yo no estaba habituada a la soledad. Cuando llegaba la noche, me cubría la cabeza, cerraba la puerta, hacía mis oraciones, apagaba la lámpara y me metía en la cama. Esa noche me dormí y no me dí cuenta cuando el Profeta (a.s.s) llamó a la puerta. Pregunté: ¿Quién osa llamar a una puerta a la cual sólo Muhammad puede llamar? El Profeta (a.s.s.) me respondió con estas dulces palabras: ¡Abre Jadiya, soy Muhammad!”

Jadiya, contó lo siguiente: “Me levanté, llena de alegria, al saber que era el Profeta (a.s.s.) quien llamaba a la puerta. El Profeta (a.s.s.) entró y, como era habitual, pidió un recipiente para hacer sus abluciones, hizo dos raka’ats y, después, se metió en la cama. Esa noche, él (a.s.s) “no hizo nada…” “Pasó, entre nosotros, lo que pasa entre una mujer y su esposo, en su intimidad”. “Juro, por Aquel que creó los cielos e hizo brotar las fuentes de agua, que el Profeta (a.s.s.) no se alejó de mí hasta que yo sentí el peso de Fátima en mi vientre…”. Referencias: Sheij Maylisi, en Bihar al-Anwar, volumen VI. Este hadiz también fue transmitido, con ligeras variantes, por: Jawarizmi, Al-Dhahavî y alAsqalanî.

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