Los derechos en el Islam

0

El Imam Zain al ‘Abidín (P) expresó: Debes saber -La Misericordia de Dios sea contigo- que Dios, Todopoderoso y Majestuoso, posee derechos sobre ti que te rodean en cualquier actividad que lleves a cabo, cualquier quietud en la que te sumerjas, cualquier situación en la que te encuentres, cualquier miembro que muevas, o cualquier instrumento que utilices. Algunos de estos son más importantes que otros. El mayor de los derechos que Dios tiene sobre ti, es aquel que Él se impone a Sí Mismo, Bendito y Exaltado Sea como derecho propio y que constituye el derecho fundamental del cual derivan los demás.

Luego está aquello que Él te obliga a ti mismo, que abarca desde tu coronilla hasta tus pies, sobre tus distintos miembros. Así, ha puesto un derecho sobre tu vista, tus oídos, tu lengua, tus manos, tus piernas, tu vientre y tu sexo, puesto que estos siete miembros son los que ejecutan las acciones. Luego, ha establecido, Todopoderoso Y Majestuoso, derechos sobre tus acciones: un derecho sobre tu oración, tu ayuno, tu caridad, tu ofrenda, y demás prácticas. Luego, surgen tus derechos respecto de otras personas, quienes poseen derechos que te crean obligaciones. El más importante de ellos es el de tus líderes, luego el de tus subordinados seguido por los de tus parientes, de los cuales se ramifican otros. Así pues los derechos de tus líderes son de tres tipos: el derecho de quien te dirige en el poder; el derecho de quien te dirige en el conocimiento y el de quien te administra.

Todo dirigente es guía (Imam). Con respecto a los derechos de tus subordinados, son de tres tipos:

el más importante es el que tiene el subordinado en el poder; luego el que tiene subordinado por la ciencia, porque el ignorante es subordinado del sabio; en tercer lugar, el del subordinado bajo la autoridad ya sea tu matrimonio o tu esclavo. Los derechos de tus parientes son muchos y están vinculados según el grado de vinculación de la consanguinidad con el parentesco. El más importante de ellos con respecto a ti es el de tu madre. Luego viene el de tu padre, después el de tu hijo, luego el de tu hermano y así sucesivamente en orden de preferencia. Siguen en este orden el derecho del libertador de tu esclavitud, el derecho del emancipado, el de quien te llama a la oración, el de quien te guía en tu oración, el de tu contertulio, el de tu vecino, el de tu amigo, el de tu socio, el de tus bienes materiales, el de tu deudor a quién le reclamas, el de tu acreedor que te reclama, el de tu frecuentador, el de tu demandante quién te acusa, el del demandado el que tú acusas, el de tu asesorado, el de tu asesor, el a quien tú aconsejas, el de tu consejero, el de quien es mayor que tú, el de quien es menor que tú, el de tu peticionario, el de tu interpelado, el de quien te hace daño ya sea en palabras o en hechos, el de quien te hace el bien ya sea en palabras o en hechos causando tu alegría, con o sin intención, luego el de la gente de la comunidad en general, el de quien están bajo protección, luego vienen los derechos corrientes, según las situaciones que las causan y en la medida de las disposiciones que las motivan. ¡Bienaventurado sea aquel a quien Dios lo ayuda en el cumplimiento de los derechos que le impuso, le favorece y lo dirige bien!

Biblioteca Islámica Ahlulbeyt

DEJA UNA RESPUESTA

Escribe tu comentario
Escribe tu nombre aqui

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.