En su vida Zainab (s.a.) siempre se encontró con malhechores, opresores, insurgentes y traidores que desafiaron la verdad, mientras que el Imam Ali (a.s.) tuvo que sofocar diversas revueltas. Finalmente una pérfida mano asestó un golpe con una espada en la cabeza del Imam Ali (a.s.), en la mezquita de Kufa, acabando con su vida. Después del Imam Ali (a.s.), su hijo Imam Hasan (a.s.) se convirtió en su sucesor.
Hasan también fue oprimido hasta que por fin firmó un tratado de paz con el gobernante de la época, y se trasladó a Kufa en compañía de Zainab, su marido y sus propios compañeros. El Imán Hasan (a.s.) fue envenenado por orden del califa de aquel tiempo. Después del Imam Hasan, Imam Hussain (a.s.) se convirtió en el Imam, pero el gobernante de Siria Muawiya violó el tratado de paz y nombró a su hijo Yazid como su sucesor, e insistió en que Imam Hussain (a.s.) le prometiera lealtad. Imam Hussain se negó a prometer lealtad y decidió mudarse a La Meca.
Zainab (as) se despidió de su marido, y fue con su hermano acompañado por sus hijos Muhammad y Aun. Llegaron a La Meca en el año 61 de la Hijra. El Imam Hussain (a.s.) fue informado de que algunos agentes omeyas habían venido a La Meca para asesinarle mientras circunvalaba la Santa Ka’bah. El Imam Hussain (a.s.) consideró conveniente trasladarse a Kufa y comunicar a la gente los motivos de su misión. Llegaron a Karbala en el segundo de Muharram. Zainab había oído de su abuelo y padre, que Karbala sería el lugar donde el Imán Hussain (a.s.) sería martirizado.
Sayyeda Zainab (s.a) en Karbala
Zainab (s.a.) es el sol brillante en la historia del Islam y de la humanidad. El nombre de su hermano y Karbala se asocian la idea de libertad, justicia, humanidad, virtud y lucha contra el despotismo.
La historia de Karbala se basa en dos pilares: a personalidad del Imán Hussain (a.s) y la de Zainab (s.a.). Ella era una figura sobresaliente en la historia de Karbala, dotada de firmeza divina y fortaleza. Ella sacrificó a sus dos hijos. Después del martirio de su hermano y sus dos hijos, ella dijo: «¡Oh Señor mío, acepta nuestro humilde sacrificio a ti».
Cuando Zainab llegó a Kufa, se dirigió a la gente indignada: «Alabado sea Allah, y que la bendición de Allah esté sobre Muhammad y su descendencia». Pueblo de Kufa, ustedes son hipócritas y mentirosos. Vosotros habéis fingido derramar lágrimas por mi hermano y sus compañeros. Puede que derraméis lágrimas. No hallo nada en vosotros sino adulaciones, pensamientos y actos malignos, orgullo, rencor y mala voluntad … Por Allah, merecen un dolor duradero en lugar de alegría. ¡Vergüenza sobre vosotros!. ¡Sus manos están imbuidas de sangre del hijo del Santo Profeta (SAW), quien era el único refugio en caso de adversidad. Por sus actos malvados y deslealtad mostrada, ustedes incurrieron en la ira de Allah! ¿Quién intercederá ante Allah?».
Sus palabras furiosas provocaron que la gente de Kufa vengara el martirio de Husain. Esto asustó a Ubaidullah y a sus crueles agentes. También pronunció un furioso sermón en la corte del califa que hizo que su autoridad y su despotismo fueran socavados. Ella dijo: «No temo a nadie, sino a Allah. Haced lo que sea posible, los azotes os esperan en el más allá, y rendirán cuentas a Allah por vuestras atrocidades».
El valor del duelo
Otra característica única del carácter de Zainab fue el iniciar las ceremonias de duelo. Esta tradición que ha vivido en los recuerdos y los corazones de millones de musulmanes hasta el día de hoy, ha mantenido vivos los sacrificios del Imam Husein y ha traído dinamismo a todo movimiento cuyo objetivo sea luchar contra las injusticias en la tierra.
Después de cada Majlis, las mujeres ofrecían sus condolencias a Zainab (s.a.) y los hombres al Imán Zain-ul-Abedeen (as). Esto provocaba un gran revuelo en las ciudades, y el sonido de los gritos y golpes de los pechos y las cabezas afectó a los habitantes, haciéndoles conscientes sobre lo que sucedió en Karbala.
AL.E
