Hablar del imam Hasan(P) es hablar de un miembro de Ahlul Bait(P) ,gente purificada a tenor del versículo coránico :”Ciertamente Dios ha querido alejar de vosotros ¡Oh gente de AhlulBait! La impureza y purificaros completamente”. 33/33
El imam Hasan (P) es el primer brote del árbol del imamato, el hijo primogénito del imam ‘Ali (P) y Fátima (P).Celebramos la conmemoración de su nacimiento. El imam (P), en su época, se movía dentro de una coyuntura adversa que más tarde culminaría en unos momentos de agitación y turbulencia, porque él no solo heredó la sabiduría y la autoridad sobre los musulmanes, sino también una serie de sufrimientos y dificultades que se traducirían, más tarde, en choques con el acérrimo enemigo del islam.
El imam Hasan (P) vivió en una época de convulsión marcada por la vehemente pasión por el poder por parte de quienes se disfrazaron de musulmanes para lograr sus fines.
En este artículo vamos a dejar el plano político a un lado para centrarnos un poco en una dimensión práctica que nos favorece mucho en el marco del mes de Ramadán. Porque entiendo que el mero relato histórico de la vida de los imames nos mantiene anclados al pasado.
Es de nuestra obligación estar al tanto de los sufrimientos de los imames (P).No obstante es más fructífero procurar superponer nuestro modo de vida, nuestra forma de pensar y de actuar, con el prototipo que los imames representan con el fin de valorar el grado de aproximación a su emulación.
A tal respecto disponemos de una rica fortuna de sabiduría, máximas, consejos, orientaciones etc.
Dice el imam (P):”Os aconsejo que procuréis tener el temor de Dios y permanecer en el estado de reflexión puesto que la reflexión es el padre y la madre de todo bien”.Mizan Alhikmah. T7/540.
Evidentemente el Corán está repleto de expresiones como: tened temor de Dios, quizás así tengáis el temor de Dios o después de exponer una serie de caracteres termina con la expresión: aquellos son los temerosos de Dios. O sea la variedad expresiva con que se aborda este tema refleja la importancia que cobra, en el islam, el valor del temor de Dios.
Del mismo modo los Hadices del Profeta (PBd) y los dichos de los imames (P) coinciden con el Corán en la misma finalidad de elevar al creyente a un estatus de sublimidad, tras unos esfuerzos continuos, unas abstinencias y unas privaciones, y de vez en cuando, goces materiales.
En primer lugar observamos la relevancia de estos dos pilares considerados la piedra angular en el islam. La reflexión y la contemplación es una herramienta útil para el ser humano en general porque contribuye, a través del raciocinio, llegar al origen de las cosas y tomar decisiones firmes después de una convicción rotunda. Para el musulmán es imprescindible esa práctica de la razón, puesto que le ayuda a arraigar la fe en el suelo de su ser. Cabe destacar que los fundamentos del islam, solo y exclusivamente, se asimilan gracias a una serie de razonamientos: la existencia de Dios, el origen de la vida, la finalidad de nuestra existencia en ese cosmos, la realidad de la fase pos muerte, etc.
“Di en verdad os recomiendo una cosa: que os pongáis, por parejas o individualmente, y reflexionéis”. 34/46
Este es un versículo coránico en el que se ve de forma nítida la importancia de la reflexión y la contemplación. El Profeta (PBd) arroja más luz sobre este tema cuando compara la reflexión y las prácticas en el islam, destacando la preponderancia de la primera sobre la segunda:
“Un momento de reflexión es mejor que setenta años de prácticas de adoración a Dios”.
El segundo pilar puesto de relieve en el consejo del imam Hasan (P) es la dimensión de la práctica, cuyos confines superan las puras obligaciones del islam para abarcar todas las vertientes de la existencia del musulmán en el plano individual y en el ámbito social. En definitiva este consejo engloba una teoría que nos traza la trayectoria para conseguir la perfección en ese mundo y la felicidad en el otro.
Brahim Amal