Desde el punto de vista chiita, la institución del Imamato es necesaria, de acuerdo a la razón. Es la gracia de Dios (lutf) lo que atrae a las criaturas hacia la obediencia, sin obligarlas. Se ha comprobado en la teología chiita que el lutf es incumbencia de Dios solamente. Por ejemplo, cuando Dios quiere que el ser humano haga algo, Él sabe que no lo podrá hacer sin Su anuencia. Así, si Dios no asiste al ser humano en su tarea, estaría contradiciéndose a Sí mismo. Obviamente, tal negligencia de parte de Dios es malvada de acuerdo a la razón , y no corresponde a Dios.
El Imamato es una misericordia (lutf) ya que, como sabemos, cuando el hombre tiene un líder (ra’is) y un guía (murshid) a quien obedecer, quien se enfrente al opresor y lo amilane, este se acerca al buen c amino y se aparta de la maldad; por lo tanto, ya que esto es un lutf, sólo corresponde a Dios designar a un Imam para que guíe a la umma después del Profeta, (PyB).