El 24 de Dhul-Hiyyah, el Día de Mubahala… El Día de la Prueba de los Veraces

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Hay muchos días benditos y actitudes honorables que caracterizan a la Gente de la Casa Profética (P) y entre esas evidencias prominentes de su infalibilidad y pureza hay una situación que se produjo el 24 del mes sagrado de Dhul-Hiyyah del décimo año de la bendita Emigración Profética (Hégira), que es el Día de Mubahala.

“Por tanto, a quien te discuta sobre ello, después del conocimiento que ha venido a ti, dile: “¡Venid! ¡Llamemos a nuestros hijos y a los vuestros, a nuestras mujeres y a las vuestras y a nosotros mismos y a vosotros mismos y supliquemos (el juicio de Dios) y que la mal[1]dición de Dios caiga sobre los mentirosos!” (3:61).

En este día, el Mensajero de Dios (P) respondió a los cristianos de Nayran que le habían desafiado. Cuando se reveló el verso de Mubahala, el Mensajero de Dios (P) llamó a Hasan (P), Husain (P), Fatima (P) y Ali (P) para que le acompañaran para acudir a ver a los cristianos que iban a participar en el juicio de Dios. Las narraciones están de acuerdo en que este último (P) eligió para la Mubahaba a los cuatro miembros de su Casa. Finalmente, al ver al Profeta (P), Ali (P), Fatima (P), Hasan (P) y Husain (P) los cristianos se sintieron impresionados y rehusaron tomar parte en el juicio de Dios.

Entre las señales de este evento está que es el día en que Dios Todopoderoso otorgó a cada uno de los participantes en la Mubahala la infalibilidad durante la duración de su vida. Entre Sus señales está que reveló a Sus siervos que Hasan (P) y Husain (P), a pesar de su extrema juventud, estaban entre los más merecedores de participar en este evento. El verso de Mubahala indica así varias cosas, como la superioridad de los Ahlul Bait (P), su derecho al califato y su infalibilidad.

El Día de Mubahala se considera una fuente de grandeza entre la serie de fechas destacadas islámicas, la fecha que una luz brilló entre los días radiantes del Mensaje de Muhammad (P). Es un día memorable en el que se cumplió la Palabra Suprema de Dios y el islam salió victorioso. Si miramos este evento, entonces vemos la grandeza del Mensaje de Muhammad (PB) que se manifiesta en su propia persona, en otro hombre, una mujer y dos hijos. Todos ellos son la élite de la élite a quienes Dios escogió por su dignidad y los preparó para la guía de su nación después del fallecimiento de su Profeta (PB).

 

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