Sayyed ‘Alî al-Shâfi’î al-Hamadani, en su “Mawaddat-ul-Qurbâ”, (Mawadda XIII) refiere, de ‘Umar ibn Qais, lo siguiente: “Nos sentamos junto a un grupo de gente y entre ellos se encontraba ‘Abdullah ibn Mas’ud. De pronto, un árabe vino y preguntó: ”¿Quién de vosotros es ‘Abdullah?” El respondió: “Soy yo”. El árabe le preguntó: “¡Oh ’Abdullah!” ¿Te habló el Profeta de los califas que vendrían después de él?”. ‘Abdullah respondió: “Sí, el Mensajero dijo: “Después de mí, habrá doce califas, que se corresponderán con el número de Imames de los Bani Isra’il”.
Este mismo hadiz fue mencionado, igualmente, por Sha’bi, quien lo escuchó de Masrûq, que lo refirió de Shiba ibn ‘Abdullah.
Yurair, Ash’ath, ‘Abdullah ibn Mas’ud, ‘Abdullah ibn ‘Umar y Yubair ibn Samra, refieren, todos del Profeta (a.s.s.), lo siguiente: “Habrá doce califas después de mí. Su número se corresponderá con el número de los califas de los Bani Isra’il”. Según el relato de ‘Abd-ul-Malik, el Enviado (a.s.s.) terminó
diciendo: “y todos serán de los Bani Hâshim”.
La mayor parte de los ulemas sunnitas, tales como Tirmithî, Abû Dawud, Muslim y Sha’bi, refirieron las mismas palabras.
Yahya ibn Hasan, un gran sabio en jurisprudencia, escribió en su obra “Kitab al-Umda”, según veinte fuentes diferentes, lo siguiente: “Ciertamente, hay doce califas después del Santo Profeta, todos ellos son del clan de Quraich”. según otros relatos, el Santo Profeta (a.s.s.), habría dicho: “Todos son de los Bani Hâshim”. Yahya ibn Hasan, en la página 446 del mencionado libro, indica lo siguiente:
“Algunos de nuestros sabios refirieron este hadiz para mostar que, es generalmente conocido, que el número de los califas, o de los Imames, que vendrán después del Santo Profeta, será de doce”. Cuando el Santo Profeta (a.s.s.) precisó que serían doce, todo el mundo comprendió que serían de su santa progenie. Decir que hacía alusión a los califas, que eran sus compañeros, no tiene ningún sentido pues éstos eran cuatro (los llamados califas ortodoxos o bien guiados). El Santo Profeta, (a.s.s.) dijo, también, que eran de los Bani Hâshim, excluyendo, por consiguiente, a los Omeyas.
Además, estos Omeyas (califas) fueron catorce y todos, excepto ‘Umar ibn ‘Abd-ul-‘Aziz, fueron tiranos.
Podemos dicir, también, que los califas legítimos del Enviado (a.s.s.) son los doce Imames, descendientes del Santo Profeta (a.s.s.), que sobrepasaban a todos los otros en conocimiento y piedad.
Mis palabras son confirmadas por este célebre hadiz del Profeta (a.s.s.): “Os dejo dos grandes cosas: el libro de Allah (el Sagrado Corán) y mi descendencia (Ahl-ul-Bayt). Si os aferraís a ambos, jamás o extraviaréis. Ciertamente, éstos dos no se separarán hasta que se unan a mí en la fuente de Kauthar.
¡Aferráos a estas dos cosas y nunca os extraviaréis!”.
El Santo Profeta (a.s.s.), dijo: “¡Buscad el conocimiento, aunque tengáis que ir a China!”.
En fin, hemos pasado diez largas noches debatiendo diferentes puntos relativos a éste precioso asunto: la Vía del Islam. Hemos puesto de manifiesto numerosas diferencias entre las escuelas sunnita y chiita. Espero que los hechos históricos, así como la razón, hayan clarificado la naturaleza de las divergencias. Si Allah quiere, éstas discusiones convencerán a aquellos que quieren, verdaderamente, saber, pues “cualquiera que es guiado por Allah, nadie puede extraviarle”.
As Salamu ‘Alaikum
(Final de las Noches de Peshawar)