El saber: la estructura de la fe

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En el día del juicio final se equipara la tinta del sabio a la sangre del mártir. Un encuentro en el que se imparte el saber es mucho mejor que cien batallas libradas contra el enemigo (en defensa del Islam). Cuando uno decide salir de su casa en busca del conocimiento, Allah le confía un ángel que le dé la buena nueva de ingresar en el Paraíso. Quien muere dejando como herencia tinteros y plumas, ingresará en el Paraíso”. Tadzkiratl ajbar, Profeta (PBd).

Ese es uno de los Hadices que valora el conocimiento destacando su papel y sus consecuencias en los dos mundos. En efecto el conocimiento, la ciencia y el saber gozan de una importancia sin parangón en el Islam, de hecho existen aleyas que cubren este tema, cito solo dos versículos:” En verdad de sus siervos solo temen a Dios los que son sabios” Fátir 28, “¿A caso son iguales el que sabe y el que no sabe? Azumar 9.

En realidad estos pasajes coránicos junto con otros Hadices nos dibujan una imagen bella acerca de la concepción del conocimiento en el Islam. Se subraya el valor y la consideración que le asigna el Islam al conocimiento considerando en otros relatos que la tinta de los sabios es, incluso, mejor que la sangre de los mártires.

Entre las exhortaciones más relevantes del Islam destaca el llamada al aprendizaje, a buscar conocimiento pese a las dificultades que puedan surgir en ese camino. Porque el conocimiento ilumina la mente y hace desvanecer las tinieblas de la ignorancia, y contribuye a moldear la personalidad humana en todas sus dimensiones con el fin de culminar en su perfección.

En otro orden de las cosas habría que fijarse en los distintos métodos con que se valía el Islam para fomentar el interés y despertar en los musulmanes el entusiasmo para conseguir esa riqueza. En primer lugar como hemos visto en el Hadiz arriba mencionado, Allah asocia la búsqueda del saber a la designación de un ángel que acompaña a quien se interesa por esa meta. Es sin duda una dimensión más allá de lo material para dar a conocer que el objetivo final de la consecución del conocimiento es lograr la complacencia de Allah.

En segundo lugar para dejar clarísimo que no se trata de cualquier conocimiento, ya que como este se extiende dentro de un abanico amplísimo, solo se estima beneficioso el saber que encaja con la condición primigenia del ser humano porque ayuda a conocer al Creador. Todo conocimiento, que se basa en reparar en temas filosóficos, científicos y trata fenómenos naturales o de cualquier índole, pero que desemboque en el conocimiento de Dios es loable, positivo, enriquecedor, útil para el hombre, y por ende aprobado por el Islam. Por tanto es digno de aprenderlo y divulgarlo.

El profeta enfatiza este punto a través de un Hadiz que nos relata que “cuando entró el Profeta (PBd) en la mezquita y vio a un grupo de musulmanes alrededor de un hombre, el enviado de Dios preguntó el porqué de dicha reunión y le dijeron que era un hombre que tenía conocimiento de los ascendentes árabes y sus árboles genealógicos, de las composiciones poéticas de la era preislámica, etc. El Profeta (PBd) dijo: es un conocimiento que no beneficia a quien lo tiene ni perjudica a quien lo desconoce”. Con este remache junto con lo arriba mencionado se visualiza el criterio que caracteriza la concepción del saber desde la perspectiva islámica: conocimiento útil y que te ayude a conseguir la complacencia de Allah.

Es verdad que el Islam convoca a la fe y creencia en Dios pero no de forma dogmática. El Corán nos expone varias aleyas que nos exhortan a reflexionar, razonar, contemplar, aprender, buscar conocimiento para encontrarse con el Creador. Son herramientas de instrucción que perfeccionan al ser humano, son ingredientes necesarios para sentar las bases sólidas de una islamización coherente basada en el conocimiento y protegida por la fortaleza del raciocinio. De hecho, en el Corán, se dirige de forma negativa y censurable a los que no usan su razón a la hora de valorar las cosas, y no intentan leer ese libro cósmico abierto y extendido a lo largo y ancho de la existencia.” Y es Él Quien da la vida y la muerte y Quien establece la variación de la noche y el día. ¿Es que no razonáis? Los creyentes 80.

Es un estilo coránico para incentivar a la gente a reflexionar detenidamente sobre las señales que conducirían a la humanidad hacia su Creador. A la vez se trata de una amonestación implícita por la rebeldía del hombre contra las reglas que rigen, de manera armoniosa, ese orbe:En verdad, en ello hay una señal para gente que piensa” La abeja 69.

Se deduce, pues, de lo anteriormente expuesto que el Islam anima, enérgicamente, al hombre a instruirse dado que el saber es un elemento vital para su perfección. Por tanto se vale de un trío de herramientas para conseguir esta meta:

1) Asociar la búsqueda del saber a un elemento del más allá para intensificar la motivación

2) Dar a conocer que la finalidad última reside en conseguir la complacencia de Dios.

3) Dejar clarísimo que dentro de los saberes, Islam solo considera los que propician al hombre plenitud, integridad y perfección en busca de su proximidad a Dios.

Brahim Amal

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