Hazrat ‘Ali (P) dio este discurso después de que propinara una aplastante derrota a los jariyitas en la batalla de Nahrwan. ¡Oh gente! Habéis de saber que he sometido la rebelión de los jariyitas. Debierais daros cuenta de que nadie sino yo pudo haberlo hecho, especialmente dado que la revuelta había tomado un giro tan serio y que había excitado tan intensamente la codicia por riquezas y poder de esas gentes.
Ahora podéis preguntarme cualquier cosa que queráis, antes de que me perdáis de vista (antes de que la muerte me aparte de vosotros) ¡Que declaración! Enseguida después de esto, Hazrat ‘Ali (P) fue asesinado en la mezquita de Kufa. El discurso continuó así: Juro por Dios que no haréis ninguna pregunta acerca de acontecimientos importantes que ocurrirán a partir de hoy y hasta el Día del Juicio que no pueda explicaros. Os hablaré acerca de ideologías que aparecerán en un corto espacio de tiempo, y que guiarán a muchísima gente hacia la Verdad y muchas otras que extraviarán a una mayor cantidad de personas. Olvidé los nombres de las personas que propagarán estas ideologías y de quienes les guiarán, apoyarán y también de los países en los que aparecerán y en donde se asentarán fi rmemente. Olvidé incluso que muchos de estos propagadores serán muertos y cómo muchos otros, morirán naturalmente.
Sed precavidos y si nos os aprovecháis de mi conocimiento y previsión, y si los pesares y las calamidades os visitan tras mi muerte, las personas a quienes os acercaréis en busca de consejo, no podrán ofreceros uno bueno o guiaros hacia la seguridad fuera del alcance de los peligros y desastres. Esto os ocurrirá en un momento en que os veréis arrastrados a largas guerras y forzados a defenderos sin los medios adecuados. El mundo os tratará cruel y duramente, y se os harán largos los días de aflicción y prueba, pero Dios Misericordioso vendrá en vuestra ayuda y os concederá la victoria y la paz a través de los pocos seleccionados que sobrevivirán entre vosotros. Recordad que, cuando el pecaminoso desdén a la Religión penetra en una sociedad, siempre lo hace bajo el disfraz de auténtica virtud, piedad y bondad, y habiendo producido el peor de los daños, descubre su verdadera cara al tiempo que se va; esto es así, porque los vicios no pueden ser reconocidos fácilmente cuando se acercan, solamente se les puede reconocer cuando se han marchado y su misión de desviar ha sido realizada y, sus malos efectos llegan a ser evidentes; se mueven de un lado a otro como huracanes que visitan algunas sociedades mientras que no afectan a otras. Recordad que no considero peor a ningún cisma o vicio que el que está siendo introducido por los Umayah. Son auténticos pecadores y tienen la capacidad de convertir al mundo a su alrededor en un lugar pecaminoso.
Tiranizarán a la sociedad, pero sus peores crueldades se orientarán hacia los descendientes del Santo Profeta (PBd) Durante su gobierno, las personas honestas y piadosas sufrirán mientras que los criminales y pecadores prosperarán. Por Dios, que tras mi muerte, encontraréis que los Umayah son gobernantes tiránicos, crueles y opresores. Os explotarán, robarán y aterrorizarán y ninguno de vosotros será dejado sin ningún tipo de daño y humillación a menos que sirva para sus propósitos o no les suponga ningún impedimento a sus ateas formas de conducta. No descansarán en paz a menos que sus trafi cantes de esclavos desciendan sobre vosotros de una manera tan terriblemente opresora y repugnantemente cruel que no deje ninguna luz de fe por la que podáis guiaros y no habrá centro de verdad y justicia a que acudir para buscar remedio. La familia del Santo Profeta (PBd) -Ahlul Bait- no tendrá ningún tipo de conexión con eso regímenes de terror. Después, Dios Todopoderoso acabará con su villano e injusto reinado.
Su dominio será llevado a su fi n mediante gente que los arrastrarán a convertirse en despojos, sufrir pesares que les causarán humillación e ignominia extremas, los aterrorizarán y matarán. Será el tiempo en que los Quraish desearán verme y tenerme de nuevo junto a ellos aunque fuera unos pocos segundos. Desearían ofrecer su vida en ambos mundos por verme y oírme, por mis consejos y guía, de modo que tome su liderazgo y gobierno y todo aquello que me rehúsan hoy día. La última parte de este discurso sobre los Umayah se hizo realidad palabra por palabra. El gobierno tiránico de los Umayah inició alrededor del año 42 H. un año y medio tras la muerte de Hazrat ‘Ali (P) En Arabia, llegó a su fi nal tras 80 años de régimen Neroniano. Saquearon Medina, apedrearon la Sagrada Kaba, la quemaron y ahorcaron a Abdullah Ibn Zubayr dentro de su recinto.
En Medina, mataron a más de diez mil personas, despojaron la Mezquita del Santo Profeta (PBd) y pasaron a través de la ciudad en orgías de asesinato, robo, incendios y violaciones. Mataron al Imam Hasan y al Imam Husein (P) junto a otros fi eles musulmanes y a muchos otros compañeros del Santo Profeta (PBd). Solamente uno de sus muchos generales, fue responsable de la muerte de cuarenta mil personas. Los Abbasidas terminaron sangrientamente con su gobierno, masacrando a hombres, mujeres y niños en terribles orgías de matanza. Fue durante ese periodo que los Quraish desearon tener a alguien con las cualidades de Hazrat ‘Ali (P) para que les guiara. Algunos de ellos, se dirigieron hacia sus tataranietos, el Imam Yafar As-Sadiq (P) quien rehusó a involucrarse con fuerzas ateas y decidió no apoyar a ningún partido.
Nahyul Balagha