UNA BREVE INTRODUCCIÓN AL ISLAM

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El Islam y los musulmanes

La palabra árabe Islam significa «sumisión a la voluntad de Dios». Esta palabra tiene la misma raíz que la palabra árabe salam, que significa «paz». Como tal, la religión islámica enseña los medios para alcanzar la paz verdadera en el sentido terrenal y espiritual, abandonándonos a la voluntad de Dios y viviendo de acuerdo a Sus leyes divinas reveladas. La verdad más importante que Dios ha revelado a la humanidad es que nada ni nadie tiene derecho a ser adorado excepto Él, Dios, el Todopoderoso, y todas las alabanzas de la humanidad son debidas a Él.

La palabra musulmán tiene la misma raíz, y significa aquél que se entrega a la voluntad de Dios, sin importar su raza, nacionalidad u origen étnico. Ser musulmán implica sumisión voluntaria y una obediencia activa a los preceptos de Dios, y vivir de acuerdo a Su mensaje. Algunas personas creen erróneamente que el Islam es sólo una religión de árabes, pero nada puede estar más lejos de la realidad. No sólo hay musulmanes en cada rincón del mundo, como en Norteamérica y Europa; sino desde Bosnia hasta Nigeria, de Indonesia hasta Marruecos, uno claramente puede ver que los musulmanes son de diversos pueblos, culturas, nacionalidades y orígenes étnicos. Es interesante señalar que en la actualidad más del 80% de la población musulmana mundial no son árabes, ¡hay más musulmanes sólo en Indonesia, que en todo el mundo árabe! Por consiguiente, aún cuando es correcta la noción de que la mayoría de los árabes son musulmanes, la gran mayoría de los musulmanes no son árabes. Todo aquel que se entrega a la voluntad de Dios y lo adora a Él solamente, es considerado musulmán.

Continuidad del Mensaje

El Islam no es una nueva religión, ya que no es más que el desarrollo práctico de la sumisión a Dios, eso es el Islam, y ha sido siempre la única religión aceptable a los ojos de Dios. Por esta razón, el Islam es la religión natural del ser humano y la única verdadera, su mensaje es el mismo que Dios ha revelado a todos los profetas y mensajeros enviados a toda la humanidad a lo largo de la historia.

Por consiguiente, los musulmanes creemos que todos los profetas enviados por Dios a la humanidad, desde Abraham, Moisés, Jesús, Noé, y el último de ellos, Muhammad, trajeron a las gentes siempre el mismo mensaje: el monoteísmo puro. Es por eso que no consideramos a Muhammad como el fundador de una nueva religión, como mucha gente piensa erróneamente, sino el continuador del mensaje de los profetas anteriores y el Sello de la Profecía, el último de los profetas. Al entregarle a Muhammad Su Revelación final, eterna y universal, para toda la humanidad, Dios finalmente completó el pacto que hizo con Abraham, el Padre de los profetas.

Basta decir que el camino del Islam es el mismo que el del Profeta Abraham, porque tanto en la Biblia como en el Corán, Abraham es el paradigma dado por Dios de la persona que se entrega por propia decisión a la voluntad de Dios y lo adora a Él solamente, sin asociarle nada y sin intermediarios. Una vez que nos damos cuenta de esto, se hace evidente que el Islam tiene el mensaje más continuo y universal a lo largo de la historia humana que ninguna otra religión, ya que todos los profetas pueden considerarse musulmanes; es decir, que escogieron abandonarse a la voluntad de Dios y predicaron el Islam, lo cual significa aceptar la guía del Todopoderoso.

La Unicidad de Dios

El fundamento de la fe islámica es la creencia de que Dios es Uno y Único, Dios El Todopoderoso; el Dios de Abraham, de Moisés y de Jesús. El Islam enseña que la creencia en un solo Dios es una intuición natural en el ser humano, y la inclinación natural de su vocación de culto. Como tal, el concepto de Dios en el Islam es bien concreto, sin ambigüedades y fácil de entender. El Islam nos enseña que el corazón, la mente y el alma de los seres humanos son naturalmente receptivos a la Revelación divina, y que la Revelación de Dios al ser humano no está oculta detrás de misterios irracionales ni contradictorios. Consecuentemente, el Islam enseña que, si bien la naturaleza e inmensidad de Dios no pueden ser comprendidas completamente por la limitada mente humana, Dios tampoco espera que creamos y aceptemos cualquier teoría absurda y demostrablemente falsa acerca de Él.

De acuerdo a las enseñanzas del Islam, Dios, El Todopoderoso, posee unidad absoluta, y nuestra fe en Su unidad jamás debe quedar comprometida por asociarle copartícipes a Su divinidad, compañeros, asociados, hijos, padres ni nada que se le parezca. Por eso, el Islam requiere que cada musulmán mantenga su vínculo directo con Dios sin intermediarios, los que están absolutamente prohibidos por Dios. Desde el punto de vista islámico, creer en la Unicidad absoluta de Dios significa darse cuenta de que todas las alabanzas, oraciones, súplicas, y formas de adoración, son debidas a Él exclusivamente, y que solamente Él merece ser llamado Señor y Salvador. Algunas religiones, sin embargo, aún cuando se autodenominan «monoteístas» y dicen profesar una fe en la Unicidad de Dios, no le dedican su culto a Él solamente. También otorgan el título de «Señor» y «Salvador» a seres creados, que no son omnipotentes, omnisapientes ni inmutables, incluso de acuerdo a sus propias escrituras. Es suficiente decir que según el Islam no basta decir que Dios es Uno: esto debe demostrarse en los actos y las creencias, dedicándolas exclusivamente a Él y no a otros.

En resumen, según el concepto islámico de Dios, basado tanto en el Corán como en la Biblia, no hay ninguna ambigüedad acerca de la divinidad: Dios es Dios, y el hombre es hombre. Como Dios es el Único Creador y Sustentador del universo, es trascendente y está más allá de Su creación; el Creador y Sus criaturas no están mezcladas ni son lo mismo. El Islam nos enseña que Dios tiene una naturaleza verdaderamente única e indivisible, que no engendró ni fue engendrado, y que está por encima de toda debilidad humana o de cualquier cosa que el ser humano pueda concebir e imaginar. El Corán enseña que en todo el universo y alrededor nuestro hay signos y pruebas de la sabiduría de Dios. Por ende, Dios convocó al ser humano a meditar acerca de la creación para construir y perfeccionar su conocimiento del Creador. Los musulmanes creemos que Dios es Amoroso, Compasivo y Misericordioso, que Él es consciente de todos los detalles de nuestra vida diaria. En esto, el Islam mantiene una vía intermedia entre las creencias extravagantes de algunas religiones y aquellas que son excesivamente restrictivas. Algunas religiones y filosofías retratan a Dios como un «Ser Superior» que no manifiesta ningún interés por los asuntos de Sus criaturas o que no tiene conocimiento de ellos. Otras religiones tienden a representar a Dios con cualidades humanas, y enseñan que Él está en esencia presente en Su creación, que encarnó en alguien o algo, o que está en todo. Según el Islam, Dios, el Todopoderoso, ha clarificado la verdad de esto a través de sucesivas revelaciones, revelándonos que Él es Compasivo, Misericordioso, y Respondedor de las plegarias. Pero también, ha enfatizado que no hay nada ni nadie comparable a Él en el universo, que Él está más allá de Su creación y no incluido en ella.

Finalmente, debe señalarse que La Divinidad que los musulmanes adoramos es la misma que adoran los judíos y los cristianos, porque no hay más divinidad que Dios mismo. Desafortunadamente, algunas personas creen erróneamente que los musulmanes adoramos a un Dios diferente del de los judíos y cristianos, y que Allah es algo así como “el dios de los árabes”. Esto es un mito que ha sido propagado por los orientalistas y es completamente falso, porque la palabra árabe Al-Lah quiere decir literalmente «La Divinidad». Al-Láh es la misma palabra árabe que utilizan los árabes judíos y cristianos para referirse a Dios. Sin embargo, como afirmamos anteriormente, aún cuando La Divinidad que adoramos los musulmanes es la misma que adoran los judíos y cristianos, el concepto de Él que el Islam tiene difiere de las creencias de otras religiones, principalmente porque el concepto islámico de Dios está enteramente basado en la Revelación Divina, sin adulteración por parte de un clero. Por ejemplo, los musulmanes rechazamos la creencia cristiana de la trinidad, no sólo porque el Corán la rechaza, sino también porque si tal fuese la verdadera naturaleza de Dios, Él se lo habría revelado a Abraham, a Noé, a Jesús y a los demás profetas y enviados.

Origen: Islamreligion.com